Según el informe Global Status Report on Road Safety de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2023), en el año 2021 hubo 1,19 millones de muertes por accidentes de tránsito, lo que corresponde a una tasa de 15 muertes por cada 100.000 habitantes. Las lesiones por accidentes de tránsito siguen siendo la principal causa de muerte en niños y jóvenes de 5 a 29 años y la duodécima causa principal de muerte considerando todas las edades. La OMS informa además que aproximadamente el 30% del total de muertes en siniestros viales corresponde a motociclistas.
En Colombia, en el año 2023, de acuerdo con el Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses, se registraron 8.581 muertes por eventos de transporte. El 44,8% está en el grupo de edad entre 14-34 años, y la distribución por género muestra que el 82,7% corresponde a hombres, es decir, 7.093 casos. Según el medio de desplazamiento o transporte, 5.751 casos, el 67% del total, corresponde a vehículos de dos o tres ruedas. La desagregación por zonas muestra que 60 de cada 100 fallecidos por siniestros viales se ubican en cabeceras municipales.
Desde una perspectiva etaria, la gran mayoría de las víctimas fatales en siniestros viales en motocicleta corresponde a personas mayores de 18 años, quienes representan el 94% del total. En cuanto a la condición de la víctima al momento del siniestro, el 70,8% de las muertes corresponde a conductores, mientras que el 29,2% restante son pasajeros o acompañantes.
La distribución territorial del porcentaje de muertes en motocicleta según la condición de la víctima evidencia diferencias importantes entre departamentos. En la mayoría del país, los conductores representan una proporción significativa de las víctimas fatales, especialmente en departamentos como Vichada, Guaviare y Putumayo, donde los valores se encuentran en los rangos más altos (77-100%). Esto sugiere que, en estos territorios, la exposición y vulnerabilidad del conductor frente a los siniestros viales es particularmente alta, posiblemente relacionada con factores como el tipo de vías, comportamientos de riesgo o menor uso de elementos de protección.

Figura 1. Porcentaje de muertes en motocicleta según condición de la víctima (conductores), 2023.
Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses (2023).
En contraste, departamentos como Guainía, Vaupés y algunas zonas del centro del país, presentan una participación mucho menor de conductores entre las muertes registradas, lo que podría reflejar una mayor proporción de víctimas acompañantes o pasajeros en estos territorios, o incluso diferencias en la forma de movilización o en los sistemas de reporte. Estas variaciones subnacionales muestran la necesidad de adoptar enfoques diferenciados de política pública, que reconozcan las características específicas de la siniestralidad vial en cada región.
La participación de pasajeros o acompañantes entre las víctimas fatales en siniestros de motocicleta varía considerablemente entre departamentos. En la mayor parte del territorio nacional, esta proporción es relativamente baja, con valores inferiores al 33%, lo que indica que la mayoría de las muertes corresponden a conductores. Sin embargo, algunos departamentos presentan proporciones significativamente mayores, como Guainía, Amazonas y Vaupés, donde los pasajeros representan más del 50% de las muertes en motocicleta. Esta situación puede estar asociada a dinámicas específicas de movilidad, a una mayor frecuencia de viajes con acompañantes o a condiciones de seguridad más precarias para quienes viajan como pasajeros.

Figura 2. Porcentaje de muertes en motocicleta según condición de la víctima (pasajero), 2023.
Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses (2023).
Estas diferencias regionales reflejan no solo patrones de uso de la motocicleta, sino también posibles desigualdades en el acceso a medidas de seguridad vial, como el uso del casco u otros elementos de protección para acompañantes. Asimismo, podrían estar vinculadas a factores estructurales como la infraestructura vial, la cobertura de servicios de salud en zonas rurales o el nivel de control y regulación del tránsito. La identificación de estos patrones resulta clave para diseñar estrategias focalizadas que protejan a todos los ocupantes de motocicletas, con especial atención a los contextos más vulnerables.
La elevada proporción de muertes en motocicleta dentro del total de siniestros viales en Colombia, así como las marcadas diferencias territoriales en la condición de las víctimas, ponen en evidencia la magnitud y complejidad de este fenómeno. No se trata únicamente de un problema de seguridad vial, sino también de un reflejo de desigualdades sociales, económicas y geográficas que condicionan el acceso a medios de protección, a infraestructuras seguras y a sistemas de salud oportunos. La alta mortalidad de conductores en algunas regiones y la vulnerabilidad de los acompañantes en otras requieren una comprensión más localizada y contextualizada del riesgo vial.
Reconocer estas dinámicas es fundamental para avanzar hacia intervenciones más eficaces. Las políticas públicas orientadas a reducir la siniestralidad en motocicleta deben incorporar un enfoque territorial, de género y de equidad, que permita priorizar las regiones y grupos poblacionales más afectados. Esto implica no solo reforzar la regulación y control del tránsito, sino también promover el uso de elementos de protección, desarrollar infraestructura segura para motociclistas, fortalecer la educación vial y garantizar una respuesta institucional coordinada. La evidencia aquí presentada puede servir como insumo clave para orientar tales esfuerzos y reducir de manera sostenible la carga de mortalidad asociada al uso de motocicletas en el país.
*Las opiniones expresadas en este espacio no comprometen el pensamiento institucional.